Era el tiempo de amor.
Beso nostálgico saltando la barrera
de mis ansias.
Sublime condición de las esperas.
Los frutos en sazón
se vertían presurosos por las sábanas.
Era el tiempo de amar.
Sólo un temblor urgió
la suavidad de espuma en nuestro pecho.
Tú, tal vez de ceniza revestido
y yo, esquirla de luz,
fuego constante.
¿Qué amarguras poblaron tus entrañas?
¿Qué signos se tatuaron en mis labios
y volvieron añicos los rituales?
Ceniza decadente ,
floración deprimida,
sobre el sudario yacen las esperas.