Agazapada
escudriño los poros de tu aliento.
Siento nacer escarchas en los dedos
cuando toco tu piel de mariposa.
Se revuelve el polvillo del silencio
y levita en el viento la saliva
que, lúbrica, se escapa.
Deslizo este deseo sobre tu ausencia
y hago una vez más
el amor
en el nombre de tu cuerpo.
María Elena Espinosa M.
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