domingo, 3 de octubre de 2010

ENARDECIDO FUEGO


De repente aconteces

(etérea gota en el alféizar de mi memoria)

cándida turbación entre mis piernas.



Tus manos suaves

y el aroma salvaje de tu sexo

entre la bruma del recuerdo llegan.


Te imagino la boca

abierta en estertor,

transmutación de goce en un gemido.


Siento tu aliento,tu dulzura bebo.

Sabor a caramelo y a manzanas

se desliza en la lluvia que no cesa.



Como una remembranza te cobijo.

Es tu imagen tan cierta

que me postro a tus pies,

beso tus labios

que entre mis labios

lentos se diluyen.


En el idílico sopor de un sueño

me abrazo a tu calor.

Con tu fuego me fundo,

me derrito,

soy cirio devastado

por la llama devota de algún santo.


Mientras agoniza tu recuerdo

vuelvo a ser piedra de horno,

carbón al rojo vivo,

pavesa que se extingue en tus cenizas.



María Elena

copyright 2008